Acuerdo sin emociones ni conflictos

Suele suceder que cuando enfrentamos un problema las personas se pueden molestar o pueden haber malos entendidos. Las personas con las que negociamos tienen sentimientos, pensamientos y emociones, son impredecibles, sufren temores, son hostiles, se frustran y se ofenden. Puede haber confusiones, todos se escuchan y se entienden según su propia forma de pensar. Con frecuencia hay malos entendidos pues las personas perciben las cosas según su punto de vista y no según la realidad.

Hay que darle atención a las personas como seres humanos con emociones, sentimientos, expectativas, etc.
Debemos cuidar la relación, es decir llegar a un acuerdo sin dañar la relación, pues es importante separar a las personas del problema. Cada persona incluida usted escucha lo que quiere oír, el problema no esta en la realidad sino en la mente de las personas. Es prioridad tratar de comprender el pensamiento de las demás personas. Pero es más importante, comprender además del punto de vista de la otra persona también ponerse en sus zapatos o empezar a sentir como es que esta persona se siente.
Este beneficio le permite reducir el conflicto y defender sus propios intereses con mayor seguridad.
Interpretamos de la peor manera todo lo que la otra parte nos dice aunque no sea cierto.
No es bueno culpar a los otros por nuestros problemas, sino intentar buscar soluciones. Es importante mostrar gestos que hagan que la otra parte perciba nuestras buenas intenciones.
Haga partícipe a la otra parte en la construcción de los acuerdos, para que también los sienta como suyos y sea más fácil de llegar a un acuerdo.
El acuerdo debe tener cierta implicancia de justicia y estar de acuerdo con los valores de los negociadores.
En una negociación influyen los sentimientos, las emociones, el temor puede producir ira y la ira temor.
Hay que reconocer las emociones de ambas partes, al expresar las emociones, los temores y la ira de ambas partes, entonces las personas se  desahogaran obteniéndose un alivio psicológico.
Escuchar a la otra parte sin ofenderse y dejar fluir todas sus emociones ayuda a aliviar tensiones y prepararse para luego abordar en forma ecuánime la negociación.
Con frecuencia existen muchos problemas de comunicación, sobre todo si ambas partes tienen diferente idioma, las palabras a veces son malinterpretadas entre gente de diferentes naciones.
Escuchar les permite comprender sus percepciones. Se puede interrumpir para hacerle saber a su interlocutor que usted trata de entenderlo.
No pensar en su respuesta, sino en comprender a la otra parte.
Comprender no es lo mismo que estar de acuerdo, luego usted puede explicar su punto de vista.
Hable sobre sus propios sentimientos y no haga afirmaciones que la otra parte puede considerar falsa, pues sino se enojarán y no se concentrarán en sus preocupaciones.
Asegúrese de lo que se dice es significativo y que podrá cumplirse.
Conocer a la otra parte, sus gustos y lo que le disgusta es mas fácil para la negociación.
Finalmente ambas partes se deben de esforzar para solucionar un problema en común.

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