Entender las necesidades de los niños para motivarlos
Estuve leyendo mis notas sobre motivación, dispuesta a escribir un post sobre motivación en el aula, pero me dí cuenta de que ya mucho se ha hablado en Google sobre el
tema, así que hacer un tema teórico sobre el asunto es algo que no quisiera hacer. Se ha hablado mucho sobre motivación, sobre motivación intrínseca que es la que nace desde el interior de nuestro ser y de motivación extrínseca que nace del exterior como un premio, un halago, una buena nota.
Se pueden hacer muchas cosas para estimular al alumno a que se dedique, a que estudie, pero ¿que pasa si el alumno no tiene la motivación necesaria para estudiar?
Les quiero contar desde mi poca experiencia profesional al respecto. Yo tenía una alumna, la llamaré Pepita, cuando yo ingresé al aula a enseñar inglés, Pepita era una alumna excelente, se grababa todas las palabras y se las sabía de memoria, era un don innato en ella el inglés, era la primera en levantar la mano al hacer yo una pregunta, ella me contó entusiasmada que iba a tener un hermanito, pero en esos tiempos después de nacer su hermanito, yo la notaba diferente en el aula con una mirada de resentimiento, no se esforzaba en hacer sus tareas, sus notas decayeron, hacía desorden en la clase, se peleaba con sus compañeros, que paso con esta niña, bueno al parecer al nacer su hermanito quedó un poco relegada, sé que no es culpa de los padres, pues al tener un bebé era lógico que le dedicaran más tiempo al bebé que a la niña más grande, para decir la verdad yo no me dí cuenta hasta tiempo después del porque de su cambio, pero si los maestros estuviéramos siempre atentos a las necesidades de los alumnos, el solo preguntar ¿como te va?, ¿te molesta algo? podría aliviar en algo los sentimientos frustrados de los niños que vienen con problemas de sus casos y que no es su culpa el que hagan desorden en clase o no atiendan a la profesora porque ellos están pensando en sus propios problemas.
A eso es a lo que yo llamo entender las necesidades de los niños, es con un caso emocional y de la vida real como yo quise transmitir el significado de estas palabras, que son la base para hacer que los niños se sientan bien en clase y se automotiven para aprender. Aquí los dejo con esta reflexión.
Se pueden hacer muchas cosas para estimular al alumno a que se dedique, a que estudie, pero ¿que pasa si el alumno no tiene la motivación necesaria para estudiar?
Les quiero contar desde mi poca experiencia profesional al respecto. Yo tenía una alumna, la llamaré Pepita, cuando yo ingresé al aula a enseñar inglés, Pepita era una alumna excelente, se grababa todas las palabras y se las sabía de memoria, era un don innato en ella el inglés, era la primera en levantar la mano al hacer yo una pregunta, ella me contó entusiasmada que iba a tener un hermanito, pero en esos tiempos después de nacer su hermanito, yo la notaba diferente en el aula con una mirada de resentimiento, no se esforzaba en hacer sus tareas, sus notas decayeron, hacía desorden en la clase, se peleaba con sus compañeros, que paso con esta niña, bueno al parecer al nacer su hermanito quedó un poco relegada, sé que no es culpa de los padres, pues al tener un bebé era lógico que le dedicaran más tiempo al bebé que a la niña más grande, para decir la verdad yo no me dí cuenta hasta tiempo después del porque de su cambio, pero si los maestros estuviéramos siempre atentos a las necesidades de los alumnos, el solo preguntar ¿como te va?, ¿te molesta algo? podría aliviar en algo los sentimientos frustrados de los niños que vienen con problemas de sus casos y que no es su culpa el que hagan desorden en clase o no atiendan a la profesora porque ellos están pensando en sus propios problemas.
A eso es a lo que yo llamo entender las necesidades de los niños, es con un caso emocional y de la vida real como yo quise transmitir el significado de estas palabras, que son la base para hacer que los niños se sientan bien en clase y se automotiven para aprender. Aquí los dejo con esta reflexión.
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