¡No me gusta ningún curso del colegio!

¡No me gusta ningún curso del colegio! Puede ser la respuesta de un niño revoltoso al que solo le gusta jugar, pero que hay detrás de esta simple respuesta cuando cuatro de seis niños responden de esta manera a la pregunta que le hicieran sobre qué curso les gusta más en el colegio.  Si fuera la maestra de estos niños, me preguntaría qué es lo que estoy haciendo para que algunos niños de mi salón respondan de esta manera. Pero que motivación se les da a los niños en el colegio para que estos quieran ir todos los días a clase a aprender nuevas cosas que les servirán para el futuro. ¿Qué hacemos abarrotándolos de tareas que tal vez nunca les sirvan para su vida? ¿Es que acaso la escuela no motiva a los niños? O es que tal vez se necesita que los maestros estén más motivados para motivar a los alumnos. Clásico es que ya en este blog he tocado el tema varias veces, pero es cuando la vida nos toca en la cara y nos hace ver con un ejemplo de la vida real como los jóvenes o niños no se sienten ya motivados por los cursos del colegio.


Volvamos a manipular el tema de Finlandia, el cómo los profesores son la base de su educación, que para ser educador en dicha nación se necesita mucho más que el título, se necesita mucha tenacidad, preparación, empeño, motivación y VOCACIÓN, algo que a muchos profesores les hace falta, y no solo meterse a enseñar, pues porque es fácil, porque no encuentro trabajo, porque me hace falta la paga, sino por la firme decisión de querer enseñar para poder motivar a los alumnos, para marcar una clara diferencia entre el antes  y después en la formación de los alumnos, con el ánimo de querer impartir conocimientos que le van a servir en su vida futura y no solo para dar el examen de mañana, pues estos conocimientos que se aprenden solo para dar un examen, se pierden con el pasar de los años y si lo supieron alguna vez, ya de pronto ni se acuerdan. “Quien mucho abarca poco aprieta”, no creo que se deba pretender enseñar todos los conocimientos del mundo a los niños. Lo importante es que ellos aprendan lo básico y lo pongan en práctica. Enseñarles a pescar es decir como seguir educándose aunque no estén más en el colegio.
Según el Diario El Comercio (13/12/2014, A.37) desde hace 100 años en el Perú se señaló que la enseñanza secundaria dejaba mucho que desear. Que no existían profesores especializados ni bien remunerados, ni tampoco había la existencia de  libros de texto apropiados, ni un verdadero plan de estudios confeccionado con criterio científico, no tiene nada de extraño que los alumnos salieran de los colegios con un bagaje intelectual y moral escaso. Casi todas las materias del programa oficial eran superficiales y faltas de criterio. Imagínense, a mí me parece que en 100 años las cosas no han cambiado mucho. 

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