Tenemos más pero menos
Gastamos más dinero y tenemos cada vez menos. Mientras la
gente gana más tiene mayores gastos, cuando la gente tiene menos
ingresos se priva de muchas cosas, pero a medida que va ganando más tiene cada
vez más cosas y gasta más.
Compramos más y disfrutamos menos. Si un niño tiene un carro
lo valorará más que sí tiene muchos carros. Tenemos casas cada vez más grandes
y familias más pequeñas. El tiempo que dedicamos al trabajo es mayor, las
mujeres trabajan y no tienen tiempo para tener más hijos, más importante es el
éxito profesional que estar cuidando la casa, lo que no es malo porque esto
elevar su autoestima pero los niños crecen con los abuelos o con personas
extrañas, hay que tener un equilibrio para darle tiempo de calidad a nuestros
niños además del tiempo que dediquemos a nuestra profesión.
Más educación y menos sentido, más conocimiento y menos
juicio, las personas tienen todo el conocimiento a la mano, todo está subido a
las redes pero no tiene sentido común para utilizar dicha información, para
ponerlo en práctica.
Más expertos y mayores problemas, debemos aprender a buscar
soluciones prácticas a los problemas del día a día y no complicarnos la vida.
Más medicinas y menos bienestar, el estrés diario de la
gente hace que se enfermen, y buscan medicinas para aliviar sus males cuando lo
que deberían hacer de relajarse y disfrutar de la vida así estarían menos
enfermos y serían más felices.
Manejamos muy rápido y nos enfurecemos más rápido. El
tráfico en las ciudades es muy estresante, todos están apurados por llegar,
todos están atareados en su día a día y no se detienen a ver las cosas buenas y
sencillas que hay en el camino como un atardecer, un árbol floreciendo, la
sonrisa de un niño. Todos buscan avanzar, avanzar ¿hacia dónde?¿Para qué? ¿Cuáles
son sus motivaciones? ¿Qué es lo más importante en sus vidas?¿ Es más
importante correr para llegar rápido? ¿O son más importantes sus propias vidas?
Reímos muy poco. En el trabajo la gente está muy seria, no
se alegra de trabajar, hay algunos que se aburren en lo que hacen, ya no hay
salvación para ellos, si se les sugiere que hagan las cosas de distinto modo se
o enojan, no creen que las cosas puedan cambiar.
Nos acostamos muy tarde y nos levantamos muy cansados. Casi
no leemos, vemos demasiada televisión y casi nunca oramos. El tener una fe sea
cual fuere es importante, fe en que mañana todo será mejor, fe en que hay algo
superior que nos cuida y nos guía.
Hemos multiplicado nuestras posiciones, pero reducido
nuestros valores. Hablamos demasiado amamos muy poco y mentimos casi todo el
tiempo. Hemos aprendido ganarnos la vida pero no a disfrutarla.
Le hemos sumado años a la vida y no vida los años. Hemos ido
y vuelto la luna, pero no podemos cruzar la calle para conocer a un vecino.
Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior.
Escribimos mucho para aprendemos poco. Hemos aprendido a
hacer las cosas más rápido, pero no a tener más paciencia. La paciencia es una
virtud que pocos poseemos, paciencia para esperar los mejores resultados, así
como la tortuga ganó a la liebre, con un plan estratégico de poner a la liebre
en una situación en la que se quedara dormida mientras que ella pacientemente
llegaba a la mente.
Tenemos más alimentos
pero menos paz. Disponemos de más información, pero nos comunicamos menos. Cada
vez tenemos más cantidad y menos calidad. La gente anda todo el día con el Smartphone
y no se comunica con la gente que le rodea.
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