El líder interior

 El líder interior es un libro de David Fishman. El libro comienza describiendo los tres tipos de conciencia. En el primer nivel tenemos al líder que está profundamente dormido, que no se da cuenta de lo que pasa a su alrededor, en el segundo nivel al líder que se da cuenta de lo que pasa a su alrededor pero no puede controlar sus acciones y en el tercer nivel el que se da cuenta de lo que pasa a su alrededor y controla sus reacciones pero le falta lo que es la espiritualidad. Muchas empresas se dan cuenta de que el personal que está mas en contacto con su espiritualidad tiene menos estrés y mejor actitud en el trabajo.

Despertamos nuestra conciencia cuando nos damos cuenta de las heridas espirituales que tuvimos en la infancia y que ahora afloran en nuestro día a día cuando tenemos situaciones parecidas. Por ejemplo si tuvimos un padre ausente y muy poco afectivo entonces podemos ser un líder ausente o si tuvimos una madre que criticaba mucho, podemos criticar a nuestros subordinados. En el libro hay una serie de preguntas que nos ayudarán a analizar nuestras conductas enlazándolas con hechos de nuestro pasado que nos harán ser conscientes del porque actuamos de determinada manera.

Evaluar nuestras quejas rutinarias y estudiar nuestros compromisos, así como aquello que más valoramos. Después debemos analizar los compromisos que compiten, que no nos dejan cambiar hacia metas importante. Finalmente evaluar cuales son las suposiciones de estos compromisos y cuestionar, si en realidad son ciertos. Tomar conciencia de lo que es verdaderamente bueno para nosotros.
La confusión del ser con el rol que desempeñamos tanto en casa como en el trabajo se puede dar  gracias a que nos dejamos dominar por nuestras carencias afectivas cuando éramos niños, aquí puede entrar la falta de cariño entonces buscamos obtener atención de nuestros subordinados retrasando las sanciones para los que no cumplen con sus labores. O si tuvimos un padre muy exigente tendemos a tratar con rudeza a nuestro personal. En el rol de padres en casa tendemos a creer que seguimos en la oficina y nos comportamos de forma fría y distante. Si queremos saber si nuestro ser inunda nuestros roles debemos de preguntar con humildad a nuestros seres queridos en casa o a nuestros subordinados en el trabajo.
Hay clases de líderes tipo J o P. Si somos el tipo P tendemos a ser flexibles y muy creativos pero no tenemos orden y disciplina. Si somos un tipo J somos muy ordenados pero poco creativos y flexibles. Así que la clave está en combinar estos tipos de liderazgo tanto del tipo P y del tipo J para amoldarnos a cualquier ambiente laboral.
El libro explica sobre las motivaciones que tienen los líderes que pueden ser tres: de poder si quiere mandar y tener todo bajo control, la motivación de logro cuando llegamos a una meta y nos proponemos otra más difícil y así sucesivamente, la motivación de afiliación cuando tenemos necesidad de tener contacto con los demás. 
Es importante entender nuestra ancla de carrera, es decir esencialmente las áreas de competencia y los motivos y valores a los que no estamos dispuestos a renunciar, las anclas están relacionadas con nuestra identidad, tomar conciencia de ellas nos permite tomar mejores decisiones laborales acerca a lo que realmente queremos de nuestra vida profesional. Por ejemplo un programador que lo ascienden a gerente, cuando a él lo que le interesa es programar más no le gusta gerencial, entonces como gerente no realizaría un buen trabajo y se quedaría estancado o un profesor que no le gusta seguir normas y prefiere trabajar por su cuenta.

Una actitud es un conjunto de creencias, emociones y tendencias hacia algo o alguien. El autoconocimiento tiene que ver mucho con nuestra actitud. Mientras más nos conozcamos a nosotros mismos, más entenderemos el origen de nuestras actitudes hacia la vida. Somos el resultado de nuestros pensamientos, si mantenemos pensamientos negativos tendremos resultados nefastos mientras que si por el contrario tenemos pensamientos positivos esto generará cambios maravillosos.
La responsabilidad de nuestros propios actos debe recaer en nosotros mismos y dejar de buscar culpables. Cuando se busca culpables en un trabajo de equipo sólo traerá conflictos y hará que se destruya el equipo.
Nos habla de las emociones positivas. Las emociones positivas como la felicidad, la alegría, la serenidad y el amor, amplían nuestra capacidad de pensamiento, de acción, nos ayudan a ser más creativos y estrechar vínculos interpersonales. Si una empresa logra un ambiente laboral agradable, genera relaciones interpersonales saludables y de cooperación y consigue que el equipo trabaje con humor haciendo que los empleados posean mayor potencial intelectual y creativo. Cuando a los estudiantes de un aula se les pedía que recordaran un momento feliz en su vida antes de enseñarles una lección la aprendían con mayor facilidad. 
Nuestras emociones positivas expanden nuestro potencial intelectual y creativo, pero depende de nosotros mismos realizar el esfuerzo para que florezcan.

La felicidad depende en cierta forma de nuestra genética también de nuestras circunstancias y de como decidimos que los problemas de la vida nos afecten, es decir de la distancia que decidimos tomar de los problemas.

La mente es creadora de nuestra realidad, así lo demuestra el efecto placebo pues cuando se desarrolla un nuevo medicamento se da a dos grupos, uno de ellos recibe el medicamento mientras que el otro grupo recibe un placebo. Para uno a dos tercios de los pacientes los síntomas de la enfermedad disminuyen con solo ingerir una pastilla de azúcar. Las expectativas sobre su propia enfermedad hacen que mejoren. El efecto placebo demuestra el impacto de nuestros pensamientos positivos en nuestra salud.
El poder de nuestros pensamientos es enorme, a pesar de que no seamos tan conscientes de ello.
Nuestro reto como ejecutivos que compiten en un mercado libre es mantener nuestra paz interior al margen de las circunstancias, si lo logramos no solo seremos más felices, sino que también generaremos estrategias más creativas para competir.
Cuando nos equivocamos cargarnos de energía negativa cuando fallamos no nos permite aprender de nuestros errores. Desde la Tierra, las estrellas se ven pequeñitas e insignificantes pero desde la perspectiva de las estrellas, la Tierra también se vería minúscula, es decir cambiar de perspectiva, algo que parece enorme puede convertirse en insignificante. La próxima vez que se equivoque, intente cambiar de perspectiva pensando en lo que le recomendaría a otra persona que pasara por un problema similar, al realizar este ejercicio, comprobará que la angustia disminuye, solemos ser más críticos e intolerantes con nosotros mismos que con los demás.
Pensar en nuestra muerte nos hace reflexionar en el significado de la vida. ¿Si estuviéramos a punto de morir que es lo que más nos preocuparía? Seguramente desaparecerían todos los problemas banales como los del trabajo o los económicos y nos centraríamos en lo mas importante como la familia o los amigos.
A lo largo de nuestra vida acumulamos una serie de asuntos pendientes como rabias o culpas. Resolver estos pendientes nos hará avanzar en la vida, mientras más rápido podamos alzar o transformar nuestras emociones negativas, más ligeros nos sentiremos en nuestro viaje por la vida.

En muchos aspectos el libro es interesante sobre todo cuando dice que debemos de buscar ayuda psicológica o psiquiátrica en algunos casos para analizarnos a nosotros mismos.
En el Perú es un poco difícil pues a veces el sueldo no nos alcanza para seguir estos tratamiento que están un poco caro y el seguro que debería cubrirlo muchas veces no nos atiende con la celeridad que debería pues tenemos un poder corrupto encriptado en los sistemas sanitarios del que nadie habla. 
Bueno y como no quiero quitarles el placer de leer el libro que está muy interesante y que de algo nos va a servir para nuestras vidas. Espero puedan leerlo. Muchas gracias por leer este pequeño post de este blog. 




Frases:
"Cuando uno, no está en contacto consigo mismo, no puede estar en contacto con los demás"
Anne Morrow Lindbergh

"Prefiero ser un fracaso en algo que amo, que un éxito en algo que odio"
George Burns

"La felicidad no es una estación a la que se llega, sino una manera de viajar"
Margaret L. Runbeck

"El hombre que no comete errores usualmente no hace nada"
Edward J. Phelps.





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